En el mundo de las dietas rápidas y las aplicaciones para contar calorías, muchas personas han llegado a pensar que alimentarse bien es simplemente comer menos. Sin embargo, la verdadera alimentación saludable no se mide en números, sino en nutrientes.
Hoy quiero invitarte a mirar más allá de las calorías y descubrir cómo entender los macronutrientes y micronutrientes puede transformar tu salud, tu energía y tu relación con la comida.
¿Qué son los macronutrientes y por qué son clave para tu bienestar?
Los macronutrientes son los nutrientes que tu cuerpo necesita en mayor cantidad. Son tres: carbohidratos, proteínas y grasas. Aportan energía, sostienen funciones vitales y participan en procesos fundamentales como la regeneración celular, la producción hormonal y el buen funcionamiento del sistema nervioso.
- Carbohidratos: son la principal fuente de energía y recuerda, no son tus enemigos. Lo importante es elegir fuentes integrales y naturales: frutas, avena, legumbres, arroz integral.
- Proteínas: necesarias para construir tejidos, fortalecer el sistema inmunológico y mantener la masa muscular, crucial en todas las edades pero sobre todo a partir de los 60 años que entramos en el tramo de oro de la tercera edad. Puedes obtenerlas de fuentes vegetales como lentejas, tofu, tempeh, quinoa, frutos secos y semillas.
- Grasas saludables: fundamentales para absorber vitaminas, regular hormonas y proteger tus órganos. El aguacate, el aceite de oliva virgen extra, las aceitunas, las semillas de chía y los frutos secos son excelentes aliados.
Micronutrientes: los grandes olvidados que marcan la diferencia
Los micronutrientes (vitaminas y minerales) no aportan calorías, pero su impacto en tu salud es inmenso. Son los responsables de mantener en equilibrio procesos como la inmunidad, el metabolismo, la digestión, el estado de ánimo y la salud ósea.
Algunos ejemplos comunes:
- Hierro: esencial para transportar oxígeno en la sangre. Presente en legumbres, espinaca, semillas de sésamo.
- Vitamina B12: clave para el sistema nervioso. Si sigues una dieta vegetal, considera suplementarla, previa consulta con tu médico, para recibir las indicaciones adecuadas.
- Vitamina D: regula la absorción de calcio y mejora la inmunidad. Puedes obtenerla con una buena exposición solar y, si es necesario, con suplementos e incluyendo lácteos si los consumes, sobre todo a aprtir de la tercera edad.
- Calcio, magnesio, zinc, yodo…: todos cumplen funciones específicas y vitales.
Una alimentación basada en alimentos reales, variados y de origen vegetal puede ser una fuente increíblemente rica en micronutrientes si está bien planificada.
Comer menos no siempre es mejor: lo importante es nutrirte bien
Uno de los errores más frecuentes es creer que una dieta baja en calorías garantiza tu salud. Puedes comer muy poco y aún así estar malnutrida si tu alimentación carece de los nutrientes esenciales.
Por el contrario, una alimentación equilibrada en macronutrientes y rica en micronutrientes puede ayudarte a:
- Mejorar tu energía diaria.
- Evitar picos de ansiedad y hambre emocional.
- Regular tus ciclos hormonales.
- Fortalecer tu sistema inmunológico.
- Sentirte más vital, enfocada y con buen ánimo.
El secreto no está en contar calorías, sino en elegir alimentos que realmente te nutran.
5 claves Fressh para una alimentación saludable y consciente
- Llena tu plato de colores: los vegetales variados aportan diferentes micronutrientes.
- Incluye grasas saludables sin miedo.
- Combina legumbres con cereales para lograr proteínas completas.
- No elimines grupos enteros de alimentos sin guía profesional.
- Escucha a tu cuerpo más que a las modas.
El bienestar integral empieza en tu plato
Alimentarte no es solo cuestión de estética o control. Es un acto de amor propio. Entender cómo funcionan los macronutrientes y micronutrientes en tu cuerpo te permite tomar decisiones más conscientes, sin caer en la cultura de la restricción ni depender de dietas milagro.
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